viernes, 10 de octubre de 2014

¿Quién Soy?

1.    Estaba el Presbítero dando una charla a los alumnos de una Escuela Primaria del interior del país, y decía: “La diferencia entre Dios y nuestra alma es que, Dios es un alma muy grande y en los seres vivientes el alma es muy pequeña, pero cualitativamente ambos son iguales. No obstante, que Dios es omnipresente y la entidad viviente está localizada en un  lugar, esencialmente la naturaleza es la misma.

De pronto, un niño levantó la mano y preguntó: ¿De dónde proviene el alma y dónde está?

El Presbítero con gestos muy amables le respondió diciendo: “Originalmente el alma proviene de Dios. Así como una chispa que proviene del fuego, que cuando cae parece extinguirse; igualmente sucede, cuando la chispa del alma inicialmente va del mundo espiritual al mundo material. En el mundo material pueden darse tres posibilidades: cuando una chispa de fuego cae sobre hierba seca, mantiene su intensidad de fuego; cuando la chispa cae al suelo, no puede desplegar su fuego a menos que el suelo sea favorable para ello; y cuando la chispa cae en el agua, se extingue.

Es por eso, que en el mundo vemos que hay tres posibilidades de vida: i) una entidad viviente que olvida por completo su naturaleza espiritual; ii) otra que la olvida casi por completo, pero aún tiene un instinto de naturaleza espiritual; iii) y otra, que se encuentra por completo en busca de la perfección espiritual.”

Finalmente, después de una pausa, el Presbítero acotó:”Cuando nuestra alma alcanza su perfección espiritual, vuelve a Dios, de donde originalmente proviene”.



2.    Una mujer estaba a punto de terminar su existencia humana, cuando tuvo la sensación de que era llevada al cielo y escuchó:

- ¿Quién eres?, dijo una Voz.
- "Soy la mujer del alcalde", respondió ella.
- Te he preguntado quién eres, no con quién estas casada.


- “Soy la madre de cuatro hijos".
- Te he preguntado quién eres, no cuántos hijos tienes.
- “Soy una maestra de escuela”
- Te he preguntado quién eres, no cuál es tu profesión.

Y así sucesivamente, respondiera lo que respondiera, no parecía dar una respuesta satisfactoria a la pregunta ¿Quién eres?
- "Soy cristiana"
- Te he preguntado quién eres, no cuál es tu religión.
- “Soy una persona que va todos los domingos a la iglesia y ayuda a los más           necesitados”
- Te he preguntado quién eres, no lo que haces.

Evidentemente, no consiguió dar una respuesta satisfactoria a la pregunta ¿Quién era?; porque fue enviada de nuevo a la tierra. Entonces, tomó la determinación de averiguar quién era. Y cuando tuvo la respuesta todo fue diferente.

(...) Responder con claridad y convicción a la pregunta ¿Quién soy? Es muy importante para nuestra vida.

Indudablemente, esta respuesta es una respuesta personal y puede ser “Yo soy” o “Yo soy quien quiero ser” o “Yo soy hijo de Dios”, entre otras.

Nuestra respuesta, quizás podría dar o no dar mucho que hablar, pero para que contribuya de manera efectiva a nuestra vida, debe darse con convicción, es decir, debemos estar totalmente convencido de ella.
Por otro lado, quiero contarles algo que no deja de sorprenderme:
“Alguien alguna vez me dijo: Yo no soy nunca la imagen que tengo de mismo, ni la que tienen los demás de mi. Yo soy, y el ser no cabe en ninguna imagen porque las trasciende todas”.




3.    Por otro lado, se afirma, que la verdadera sabiduría empieza por el conocimiento de uno mismo.
Pero ¿Qué es sabiduría?
Sabiduría es el modo en que empleamos nuestra inteligencia, creativa y constructivamente, al servicio de la vida.

En otras palabras, sabiduría significa Inteligencia práctica para orientar nuestras acciones y alcanzar lo que llamamos éxito.




4.Te cuento para tu reflexión:

Según la leyenda, estando el Presbítero dictando una charla a sus feligreses, una voz del cielo se dirigió a él, diciéndole:
“Pide vivir un millón de años y se te concederá. O un millón de millones si lo prefieres. ¿Cuánto deseas vivir?

“Cien años", respondió el Presbítero sin la menor vacilación.

Los feligreses quedaron atónitos y expresaron: “Pero, Presbítero, cuántas generaciones podrían beneficiarse de tu sabiduría si vivieras un millón de años…"

“Si yo viviera un millón de años, la gente se preocuparía más de alargar su vida, que de cultivar la sabiduría”, sentenció el Presbítero.

5.Es evidente, que la respuesta que damos a la pregunta ¿Quién es el hombre? o ¿Quién soy?, es importantísima, pues tratamos a las demás personas y a nosotros mismos, dependiendo de la idea que tengamos. Lo preocupante es que si no tenemos una idea acertada de lo que realmente somos, es decir, de nuestra verdadera naturaleza; podríamos no estar aprovechando nuestras potencialidades o fortalezas que cada uno de nosotros tiene, para lograr una vida plena y exitosa.


6.Para ayudar a tu reflexión te diré que la mayoría de los pensadores, esencialmente están de acuerdo, en lo siguiente:

a) El hombre no es un ser acabado. El hombre nace, crece, esta abierto al futuro y tiene en sus manos su propio destino. La felicidad y la perfección plena a la que aspiramos, tenemos que lograrla haciendo uso de nuestras fortalezas, con nuestro trabajo y nuestras acciones.

b) Cada persona de alguna manera depende de los demás y del entorno. Ni siquiera la humanidad colectivamente hablando, es independiente. Un hombre solo, no puede alcanzar su perfección; ya que necesita de las demás personas y del resto de la realidad para conseguirlo.

7.Después de reflexionar sobre la naturaleza del ser humano, me atrevo a afirmar   “que esencialmente somos seres espirituales atravesando una experiencia humana”.




Para tu reflexión, te cuento:

Una vez preguntó un feligrés al Presbítero ¿Existe alguna forma de medir las propias fuerzas espirituales?.

“Muchas”, respondió el Presbítero.

“Dime tan sólo una”, replicó el feligrés


“Tratad de averiguar con que frecuencia pierdes la calma a lo largo de un día", dijo el Presbítero.

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