domingo, 26 de octubre de 2014

¡Somos Un Ser Que Crece¡


1.    Un feligrés se dirigió al Presbítero diciéndole: Sin muchas palabras, podrías decirme ¿Qué hábitos debemos tener para alcanzar una vida plena y exitosa?

“Amor, preparación y fe”, contestó inmediatamente el Presbítero

Se quedó pensando, y añadió: “También debemos tener perseverancia, paciencia, humildad y saber trabajar en equipo”.

Cuando parecía que ya había terminado, el Presbítero acotó: “En verdad hay muchos hábitos que deberíamos desarrollar, pero lo que nunca debemos dejar de tener es “amor, preparación, fe y perseverancia”.


2.    El ser humano no es un ser terminado como hemos mencionado. Ha de completarse por medio de su acción y de su trabajo. De ese modo va creciendo y puede alcanzar la plenitud. El hombre no esta hecho para alcanzar un equilibrio estático, ni la razón de nuestro actuar es corregir eventuales desequilibrios (emocionales o del tipo que sean). El ser humano ha de crecer buscando una mayor plenitud y este crecimiento debe darse en cada una de las cuatro dimensiones que hemos mencionado.

3.    El crecimiento de lo corporal es limitado y, en buena medida no depende de nosotros. Ahí juegan otros factores, como las leyes biológicas, tipo de alimentación, etc. En cambio, en nuestra dimensión mental, el crecimiento de nuestro conocimiento sí esta bajo nuestro control más que el de nuestro cuerpo; aunque tampoco de modo pleno, pues podemos perder la memoria en algún momento.

4.    En nuestras dimensiones social y espiritual, los que sí dependen de nosotros es nuestra capacidad de amar y nuestra libertad interior, respectivamente. Solo quiero si yo quiero, aunque todo el universo se me oponga. Nadie puede querer por mí, es algo intransferible e insustituible desde fuera de nosotros. Asimismo, nuestra libertad para vivir siendo nosotros mismos y ser cada vez mejores, nadie nos la puede quitar. Nosotros somos arquitectos de nuestro destino.

5.    La posesión física o material de las cosas es muy débil, las cosas que tenemos podemos perderlas con facilidad. Más difícil de perder son nuestras habilidades y conocimientos. Pero, inclusive podemos perder la memoria y todo lo que sabíamos. Lo que no podemos perder de ninguna manera es nuestra capacidad de amar y nuestra libertad interior, son las dos únicas cosas que nos las llevamos, cuando dejamos este mundo.
Insisto, no debemos olvidar, que nuestra capacidad de amar y nuestra libertad interior, dependen exclusivamente de nosotros, a diferencia del tener y el conocer.

6.    Por otro lado, así como el éxito se opone al fracaso; a la plenitud se le opone el vacío existencial. Por experiencia, sabemos, que el éxito no depende sólo de nuestro esfuerzo y capacidad, pues para que se dé son necesarios otros factores que no controlamos. Por el contrario, vivir una vida plena o caer en la vaciedad, depende de la elección que hagamos en cada momento, de lo que busco cuando actúo, del uso que hago de mi libertad; esto depende única y exclusivamente de mí, con independencia de lo que ocurra a mi alrededor.

7.    Por eso, del paradigma de buscar primero el éxito hay que pasar al de buscar primero la plenitud y comprobarás que esto te facilitará el logro de un éxito sostenible durante toda tu vida. En realidad, si queremos vivir plena y exitosamente, antes que nada debemos ser excelentes personas con buena preparación . Lo que llamamos éxito, viene después por añadidura.

Para tu reflexión lee detenidamente esto:

El Presbítero acogía favorablemente los avances de la tecnología, pero era profundamente consciente de sus limitaciones.

Cuando un industrial le preguntó al Presbítero ¿En qué se ocupaba?, éste le respondió: “Me dedico a la industria de las personas”

¿Y qué demonios es eso? si puede saberse, dijo el industrial.

"Fijémonos en tu caso", respondió el Presbítero, "Tus esfuerzos producen mejores cosas, los míos mejores personas".

Más tarde el Presbítero les decía a sus feligreses: “El fin esencial de la vida es lograr el esplendor de las personas, pero hoy en día la mayoría de la gente parece estar especialmente interesada sólo por el perfeccionamiento de las cosas”


8.    Ahí va otra reflexión, para ti:

Todos sabemos que el origen latino de la palabra “éxito” es “éxitus” que significa “salida”. Sin embargo, en el uso corriente la palabra éxito más bien esta asociada a “llegada”: llegar a una meta, alcanzar algún objetivo.

En realidad, la base del éxito está en no sentirse conforme, en iniciar algo diferente, en producir algún cambio. Sólo aquellos que se atreven abandonar la seguridad de lo ya conocido, de las formas de hacer tradicionales, de las cosas obvias, aquellos que se atreven a salir inauguran la posibilidad del éxito.

No encontrará el éxito el que no lo busca. No lo buscará aquél que no cree posible lograrlo. No habrá éxito si no tenemos confianza en nosotros mismos y si no somos perseverantes.


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